Keraben
es una empresa castellonense del sector de la cerámica, de Nules
concretamente, con muchos años de actividad económica productiva
que, recientemente, ha tenido una importante entrada de inversores
estadounidenses. Ayer, dos de sus directivos, Francisco Usó y
Vicente Mormaneu, estuvieron en mi despacho. Keraben ha comenzado los
trámites para hacer una importante inversión en su factoría en
Nules. Nuevas líneas de producción que representan una inversión
cercana a los 15 millones de euros y más de 70 puestos de trabajo.
Con el director general de Calidad Ambiental y Cambio Climático,
Joan Piquer, y su equipo técnico revisamos los plazos que necesitan
para conseguir la autorización ambiental integrada que requieren las
obras de ampliación que plantean. La normativa medioambiental es
estricta pero en absoluto impide la actividad económica, al revés,
la hace más sostenible y, por tanto, garantiza su futuro.
La
pretensión de Keraben es poder mejorar la producción y aumentar las
posibilidades de exportación. Necesitan cumplir una serie de
requisitos para terminar toda la tramitación y la conclusión a la
que llegamos es que todos nos implicaremos en seguir al detalle el
proceso administrativo para asegurar que los papeles van tan rápidos
como sea posible. Sabemos y reconocemos que los trámites
burocráticos siempre son más lentos de lo que todos quisiéramos
pero el músculo de la administración es el que es y tenemos claras
nuestras limitaciones. Esto no tiene nada que ver con el conformismo.
No lo tiene Keraben, ni lo tenemos nosotros.
Estudiamos una serie de
estrategias que la empresa puede hacer para acelerar la tramitación
y posibilitar que toda inversión se haga de manera acompasada para
que el incremento de la producción sea una realidad lo más pronto
posible.
Hacia
el mediodía me reuní, junto con el director general de Medio
Natural, Antoni Marzo, y la subdirectora de Evaluación Ambiental,
Salomé Arnal, con una delegación de la Unió de Llauradors i
Ramaders, encabezada por su secretario general, Ramón Mampel.
Revisamos
la necesidad de constituir una mesa de trabajo sobre posibles
modificaciones necesarias en el proceso de puesta en marcha de
granjas ganaderas. Disponemos de legislación muy anticuada que hay
que adaptar a la nueva realidad de las explotaciones y su impacto
medioambiental. Son muchas las cuestiones a considerar, desde la
mejora de los controles a su actualización, el seguimiento de los
residuos ganaderos y su profesionalización, el reparto de las
cargas, las ayudas, etc... Todo esto lo tendremos que trabajar en esa
mesa sectorial en la que las cuestiones medioambientales son básicas
ya que el futuro de la actividad pasa por la sostenibilidad.
Antes
de comer nos reunimos con el concejal de medio Ambiente de Monóvar,
Lorenzo Amat, que está trabajando sobre su plan local de prevención
de incendios y quería saber las posibles ayudas de las que puede
disponer para su redacción final. También abordamos el proyecto de
sellado de un vertedero en su término municipal. La obra está
prevista en el plan de la Conselleria y Amat nos hizo ver la
importancia del proyecto. Fue una reunión larga y detallada en la
que revisamos las posibles ayudas dentro de los Planes de Desarrollo
Rural (PDR), así como las órdenes de voluntariado que pueden
facilitar mucho la incorporación de personal a las tareas
municipales.
Por
la tarde me reuní con el director general del Agua, Manuel Aldeguer,
y el gerente de la EPSAR, Enrique Lapuente, para estudiar iniciativas
que faciliten y aumenten en la medida de lo posible la reutilización
de aguas depuradas. Estamos en una situación prolongada de sequía y
tenemos que tomar medidas porque las cosas no tienen perspectivas de
mejora.
También
estuve muy pendiente y trabajé conjuntamente con el director general
de Calidad Ambiental y Cambio Climático, Joan Piquer, en la solución
transitoria sobre el movimiento de graneles en el Puerto de Alicante.
Una vez asumido el compromiso por parte de la dirección del Puerto
de hacer naves cerradas y en depresión para ese trasiego, toca
buscar las vías para garantizar que todo este proceso de transición
hacia las naves en depresión no paralizará la actividad portuaria.
Trabajamos en levantar las medidas cautelares però garantizando al
mismo tiempo que la operativa se ajuste siempre a los requisitos
establecidos en las autorizaciones otorgadas. Lo haremos hoy mismo
para acelerar al máximo el proceso hacia la verdadera solución
definitiva: las naves cerradas y en depresión. Todos los agentes
implicados en este proceso están demostrando una responsabilidad muy
encomiable y vamos a seguir realizando un seguimiento continuo de
todos los pasos que se vayan dando para que todo el mundo cumpla lo
acordado y estemos, como ha pasado en los últimos días, a la altura
de las circunstancias. Las naves son buenas para todo el mundo.
Garantizan una disminución de las partículas contaminantes, la
protección de la salud de las personas y del medio ambiente y, por
supuesto, un futuro estable para el Puerto de Alicante y para los
puestos de trabajos de sus operarios.
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