Ayer
pasé el día, hasta la media tarde, en el municipio alicantino de
Villena. Nos habían invitado a comprobar in situ los trabajos que,
desde la dirección general de Prevención de Incendios Forestales,
hemos realizado para arreglar muchos caminos rurales y pistas
forestales deshechas tras los temporales de viento y nieve del pasado
invierno, es decir, de principios de este año. En la visita me
acompañaba la directora general, Delia Álvarez. Se trata de
trabajos que se han hecho en pistas y caminos que son imprescindibles
para las labores de extinción de incendios.
En
concreto, en Villena hemos arreglado dos caminos en la zona conocida
como “La Cuesta del Reloj”, dentro de la Sierras de Salinas. Han
sido dos intervenciones: una sobre 2,2 kilómetros y una segunda
sobre 6,6. En total se han invertido 221.000 euros.
En
la comarca del Alto Vinalopó se han realizado dos intervenciones más
en Benejama y Campo de Mirra, respectivamente. En total, 9 kilómetros
más arreglados con un coste aproximado de 50.000 euros. Se trataba
de dos obras más sencillas por la orografía que las de Villena.
En
el conjunto de la Comunitat Valenciana, las obras que se han
realizado para arreglar este tipo de caminos destrozados tras los
temporales de principios de este año superaban ya, a fecha de
finales del mes de noviembre, los 600 kilómetros. Cuando acabe el
año serán prácticamente 700 kilómetros, y habremos ejecutado el
100% de la inversión prevista. En total dicha inversión estará por
encima de los 4,2 millones de euros. Nunca hasta ahora se había
hecho una inversión de esta magnitud y estas características. Y no
lo digo yo, me lo apuntaban nuestros técnicos.
Sobre
todo ello trabajamos ayer en el Ayuntamiento de Villena con su
alcalde, Patxi Esquembre, y los concejales José Molina y Esther
Esquembre, y después en rueda de prensa le trasladamos esas cifras a
los medios de comunicación.
A
continuación, con el alcalde y los concejales acudimos a ver las
zonas arregladas. Está todo, como decía, en la Sierra de Salinas,
entre Villena y Yecla, es decir, justo en el linde con la Región de
Murcia. Una parte se ha hecho con asfalto y otra acondicionando los
caminos de tierra. La Sierra de Salinas es el gran pulmón verde del
término municipal del Villena, un espacio ocupado por pinos,
carrascas y olivos, con escasa discontinuidad pero con una gran
riqueza tanto de flora como de fauna. A sus pies hay mucha viña y el
punto más alto de la sierra supera los 1.200 metros de altitud (Pico
de Capilla) y tiene lugares tan interesantes como la “Cueva del
Lagrimal” o el “Mirador de Rabasa”.
A
principios del siglo pasado, buena parte de esas tierras de cultivo
se entregaron a colonos para que las ocupasen y trabajasen. Es la
zona que se conoce como “La Colonia Salinas” ya que está
salpicada de casas, las que en su día ocuparon los colonos que, en
situaciones duras y complejas, transformaron aquellas tierras
imposibles en campos de cultivo. La Colonia disponía, incluso, de
escuela e iglesia en su conjunto. Todavía quedan en pie una buena
parte de aquellas viviendas de los colonos. Ahora, lógicamente,
están en manos de sus herederos, y aunque algunas están
abandonadas, muchas se utilizan como segundas residencias. Quedan
también algunos edificios comunes en los que el Ayuntamiento de
Villena se está planteando realizar algún tipo de instalación que
ponga en valor la riqueza natural de la Sierra de Salinas: un Centro
de Interpretación, un Aula de la Naturaleza o alguna iniciativa de
estas características. Hay alguna discrepancia sobre la propiedad de
esas zonas comunes. Incluso hay algunas reclamaciones judiciales. En
todo caso, la voluntad del Ayuntamiento es poner en valor esos
terrenos y, desde la Generalitat, vamos a colaborar en ese sentido.
La
visita a Villena también nos dio la posibilidad de pasarnos a
visitar las instalaciones de Primadomus, que están a los pies de la
Sierra Salinas. Se trata de un centro de recuperación de simios y
grandes felinos que es todo un referente internacional. A Primadomus
Villena llegan animales recuperados de circos, de particulares o de
decomisos policiales.
Allí se recuperan y están en una situación
lo más similar posible a lo que sería su vida en libertad. Son más
de 20 hectáreas a su disposición. El equipo del centro,
aproximadamente unas 30 personas de diferentes países del mundo, los
cura, los alimenta y los controla. Procura su socialización y, la
mitad de ellos, cuando están ya en buenas condiciones son
trasladados a otros centros donde pueden vivir también en una
situación parecida a su estado natural. El resto se queda en el
centro de Primadomus Villena.
La
financiación de este proyecto, prácticamente en su totalidad, viene
de fondos holandeses. Primadomus pertenece a una ONG de nombre AAP
que tiene presencia internacional. Las instalaciones de Villena están
abiertas al público pero siempre en pequeños grupos para no
molestar a sus inquilinos. Primadomus no es un zoo. Primadomus
Villena es un centro que, además de recuperar animales, pretende
concienciar a la ciudadanía respecto a la necesidad de respetar los
derechos de los animales.
Con
el alcalde de Villena y sus concejales abordamos también otras
cuestiones, como el proceso de revisión que se está llevando a cabo
del Plan de Gestión de la planta de residuos que VAERSA tiene en
esta localidad alicantina, o la necesidad de estudiar la presencia de
águilas perdiceras en su término municipal, y nos pidieron que
intercediésemos ante la Conselleria de Educación para que el
Instituto de la ciudad pueda poner en marcha un módulo sobre
agricultura ecológica. Nos comprometimos con ellos a hacer llegar
sus peticiones a los departamentos correspondientes. La vuelta al
trabajo en València, a última hora de la tarde, me permitió
preparar alguno de los temas que trataré hoy.
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