Ayer
empezamos el día con una de aquellas reuniones que te hacen pensar y
recordar que, mientras la actividad de cada día se centra en
resolver problemas muy concretos, hay una parte de la ciudadanía que
trabaja en iniciativas que, precisamente, sirven para hacer frente
con nuevas herramientas a situaciones complejas.
DotGIS
es una empresa de análisis geoespacial que es capaz de transformar
grandes cantidades de datos en informes que pueden ser muy
útiles para sus
clientes, ya sean administraciones públicas
o
empresas. Con sus responsables nos reunimos
ayer,
junto con la jefa
del
Servicio
de Calidad Ambiental, Beatriz Fatás. DotGIS tiene su
sede
en la Marina del Puerto de València
porque
forman parte del programa de
promoción de nuevas marcas «Lanzadera»
auspicido
por el empresario
valenciano propietario de Mercadona,
Juan Roig.
Lo
que nos presentaron es un ambicioso proyecto para calcular todo el
potencia solar de cualquier punto del País Valenciano mediante la
colocación de placas fotovoltaicas en los tejados de las viviendas,
ya sean casas, fincas, naves o edificios públicos. Calculan sobre
datos reales y el resultado permite conocer el potencial energético
solar de la zona escogida, desde una ciudad entera, a un barrio o un
complejo industrial. Se trata de un nueva aplicación basada en el
análisis "Big data", es decir, que rebasa los sistemas
informáticos convencionales.
A
mediodía, como todos los jueves, tocaba "Consellet"
de preparación del Pleno del Consell
de hoy
viernes. De
nuestra Conselleria
llevábamos un convenio con la EPSAR y la Diputación de Castellón
para hacer obras de
saneamiento y depuración, algunas llevan
más de diez años de retraso, y también
una
reclamación
al
Gobierno
central para establecer un pasillo de protección de cetáceos en
nuestro
Mar
Mediterráneo,
sumándonos
así a las reivindicaciones conservacionistas de la Alianza Mar
Blava.
Ayer
también tuve
que atender,
de nuevo, a
diferentes
medios de
comunicación que
querían información respecto a los niveles de contaminación del
aire. En muchas ciudades españolas se están
registrando valores
muy altos de
contaminación y en alguna de ellas se han activado los protocolos de
alerta y recomendación a sus
ciudadanos.
En el caso concreto de València,
se ha recomendado limitar la actividad física al aire libre. Lo que
les
expliqué
a
los
periodistas
que
me entrevistaban
es
que, ciertamente, estamos en índices superiores a los habituales,
casi el doble de lo que habitualmente se
registra en
València.
La causa de esto, más allá de las habituales emisiones por el
tráfico, la industria u otras actividades humanas, se
encuentra en
el hecho de que llevamos varios
días
sin lluvias, sin viento y con inversión térmica. Esto conlleva
dificultades para
la
continua
y necesaria renovación
del aire y, por tanto, mayores índices de acumulación
de partículas.
Por suerte, ayer tarde sopló algo
de viento,
lo que esperamos es
que
continúe en los
próximos
días. En todo caso, es conveniente mantener la guardia alta, tomar
las medidas oportunas
si
los índices se mantienen altos pero, también, evitar alarmas.
La
contaminación del aire es un peligro constante, no es cosa de ahora,
ni de un día. Nuestro modelo de vida nos lleva a estas situaciones
en el entorno de las ciudades o las zonas industriales. No es hoy, es
siempre. Debemos ser conscientes de esta realidad y hacer que
nuestros comportamientos y las decisiones políticas vayan
en
la dirección correcta,
es decir, en reducir al máximo las
actividades contaminantes. Ni hoy debemos generar
falsas alarmas,
porque
sería
una exageración, ni cuando pasen
estos días debemos
olvidarnos del problema y hacer como si no pasara nada,
eso
sería
una grave
irresponsabilidad.
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