Ya
sé que las semanas comienzan por el lunes pero hoy quiero arrancar
este diario por el sábado cuando participé en la manifestación
contra la violencia hacia las mujeres, ese terrorismo machista que
día tras día asesina a nuestras vecinas, madres, hermanas, parejas,
amigas... Matan los hombres, mueren las mujeres y cuesta todavía
mucho que la sociedad se implique directamente en la denuncia de lo
que ocurre. Y es que pasa muy cerca de nosotros pero todavía hay
mucho silencio, demasiado, como si aquello que no nos toca
directamente no sucediera. Ciertamente, los gritos contra estos
asesinatos cada día suenan más fuerte pero, un día antes de la
manifestación, el viernes en Vinaròs, hubo uno más, el asesinato
de otra mujer a manos de su ex pareja.
En la manifestación del
sábado se escuchaba aquello de "las queremos vivas, libres y
rebeldes", lo que a mí me recordaba aquellos versos tan
hermosos de Maria Mercè Marzal:
“A
l'atzar agraeixo tres dons: haver nascut dona, de classe baixa i
nació oprimida. I el tèrbol atzur de ser tres voltes rebel”.
No
podemos parar. No podemos dejar de denunciar, ni de señalar con el
dedo los comportamientos machistas que tantas veces vemos a nuestro
alrededor. Lo tenemos que hacer por ellas pero también por nosotros.
Es miserable que no seamos capaces de parar, de pararlo.
Ahora
sí hablo del lunes. Ayer empecé el día con la revisión y la firma
de documentos y, a continuación, junto con el subdirector de Calidad
Ambiental y Cambio Climático, José Vicente Miró, me desplacé
hasta la Universitat Politècnica de València para participar en el
acto de entrega del Primer Premio a la mejor Tesis Doctoral sobre
Cambio Climático en el arco mediterráneo.
Se
presentaron 13 trabajos y, finalmente, el ganador fue el del
investigador Guillermo Pardo, con su tesis "Utilización de
modelos y análisis de ciclo de vida para el estudio de estrategias
de mitigación relacionadas con la gestión de residuos orgánicos".
La entrega del galardón, dotado con dos mil euros, corrió a cargo
del director de la Cátedra de Cambio Climático, Manuel Pulido.
Después, el premiado, que ahora investiga en el Centro Vasco de
Cambio Climático, resumió el contenido de su trabajo. La tesis
analiza cómo según el tratamiento de los residuos orgánicos la
aportación al calentamiento global se puede minimizar más, cuáles
son las mejores prácticas y cuáles las peores y plantea modelos
para optimizar la gestión de los residuos añadiendo las mejores
opciones para facilitar el desarrollo de 'sumideros' de CO2.
En
mi intervención, destaqué la necesidad de que, desde la Academia,
desde los centros de estudio e investigación, se avance sin reservas
en el conocimiento para combatir el Cambio Climático, que haremos lo
posible para ayudar en este sentido. Más allá de esto, comprometí
la voluntad del Gobierno del Botánico en ser coherentes, escucharles
y tener en cuenta y aplicar los avances que se alcancen. Cuando
hablamos de la necesidad de modificar hábitos, comportamientos y
modelos de vida para hacer frente al Cambio Climático queremos decir
hacer las cosas de otra manera y pocos lugares hay como las
Universidades para marcarnos nuevos caminos que, aunque no sean los
más sencillos, seguro que resultan los más útiles.
Ya
por la tarde, como un par de actividades que tenía programadas se
suspendieron, pude dedicar más tiempo del inicialmente previsto a
repasar algunos temas con los directores generales y, ya a última
hora, prepararme dos intervenciones que tengo en los próximos días:
una, la presentación del documento base de la Estrategia Valenciana
de Energía y Cambio Climático, en el marco del Ecoforum y, la
segunda, una conferencia sobre gestión de residuos en Valladolid.
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