El
de ayer fue un día de inauguraciones y residuos. Fue de más cosas,
ya lo sé... sobre todo en Cataluña y en Madrid, pero yo de eso no
hablaré. No hablaré de todo el tiempo que me "robó" ayer
seguir lo que pasaba en Cataluña y en Madrid, ni de la frustración
que me genera ver el fracaso de la política, sentir que la
democracia se nos escapa, notar que se avecinan tiempos difíciles,
intuir que vienen días de "contra-reformas" y de
fortalecimiento de los sectores más retrógrados de nuestra
sociedad... qué le vamos a hacer. Toca seguir firmes en la defensa
de la democracia, fieles a la máxima de que "el pueblo manda y
el gobierno obedece".
Dicho
esto, apuntadas las cosas de las que no quiero hablar, voy a lo que
comentaba al inicio, las dos jornadas en las que participé ayer
sobre temas de residuos. Fueron, por la mañana, en Vila-real, y por
la tarde, en Xàtiva. Las dos tenían como elemento central la
separación de residuos, sobre todo, en cuanto a su fracción
orgánica.
La
de Vila-real estaba organizada por el ayuntamiento y la empresa
Reciplasa, que gestiona los residuos de 46 municipios de las comarcas
centrales de Castellón. En el presentación estuve con la presidenta
del consorcio zonal, la teniente de alcalde de Castellón, Ali
Brancal, y el concejal de Medio Ambiente, José Pascual Sancho.
En
Xàtiva, con el alcalde Roger Cerdà, y el diputado provincial de
Medio Ambiente, Josep Bort, las jornadas son de formación, con una
temática idéntica a la de Castellón.
En
las dos intervenciones destaqué la necesidad que tenemos, y en la
que estamos comprometidos desde el Consell de la Generalitat, de
hacer una buena separación de los residuos en origen si queremos
cumplir los requisitos en tratamiento que nos marca la Unión Europea
para 2020: reciclar el 50% de los residuos domésticos que generamos.
Hoy estamos muy lejos de esa cifra.
Por
este motivo, y de eso iban las jornadas, estamos trabajando, desde la
dirección general de Calidad Ambiental que dirige Joan Piquer, en la
necesidad de multiplicar los esfuerzos para separar la fracción
orgánica de la basura. Y sobre eso hablé largo y tendido. Desde la
Generalitat apoyamos a todos los municipios que apuestan por estas
prácticas. Las cosas van moderadamente bien: en dos años, más de
100 ayuntamientos de todo el país han comenzado programas de
recogida separada de orgánica (quinto contenedor, puerta a puerta,
compostaje doméstico y comunitario...). Cuando llegamos al gobierno
de la Generalitat en 2015 no había ni un solo pueblo que lo hiciera.
No
quise dejar pasar la oportunidad de mirar un poquito más allá y
reflexionar sobre la necesidades que tenemos de reducir los residuos
que generamos. En las Jornadas, tanto de Vila-real como de Xàtiva, se
pusieron en común interesantísimas experiencias de tratamiento de
residuos con el objetivo de convertirlos en recursos y poderlos
aprovechar. Este es el reto en el que estamos inmersos pero más allá
debemos ser conscientes también de que generamos demasiados
residuos, que la sociedad de la opulencia (mal repartida) en la que
vivimos deja por el camino muchos residuos porque son un gran negocio
para el poder económico pero pésimo para el conjunto de la gente y
para nuestro territorio. No debemos perder esto de vista. Desde las
instituciones tenemos que hacer mayores esfuerzos para apuntar a una
reducción de los residuos. En este campo también estamos instalados
en la insostenibilidad. Y es muy irresponsable.
Charlas,
debates y conferencias como las de Xàtiva y Vila-real sirven también
para hacer pedagogía y llevar a la ciudadanía estos mensajes que
son imprescindibles para incorporar a cuanta más gente mejor en la
tarea de una buena gestión de los residuos.
Entre
jornada y jornada, en la sede de la Conselleria, celebramos reunión
del Consejo de Administración de VAERSA. No fue una sesión larga.
Además de revisar las actas de sesiones anteriores, tratamos la
cuenta de resultados para 2017, la masa salarial, la RPT y el
organigrama que nos presentó el director. También aprobamos
proponer una revisión de las tarifas que nos cobra la empresa por
sus servicios e hicimos un repaso de la situación de las diferentes
infraestructuras de gestión de residuos de VAERSA y las necesidades
que hay respecto a cada una de ellas, desde posibles
externalizaciones a proyectos de reforma en marcha.
Para
que VAERSA pueda ser medio propio de alguno de los Consorcios de
Residuos aprobamos la compra de acciones en aquellos donde más se
necesita la intervención de la empresa.
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