El Barranc dels Frares, en Godella, es un lugar problemático que
provoca importantes inundaciones en el entorno de dicha población y
también en el de Rocafort, Burjassot y Massarojos. Es un tema del
que ya he hablado en más de una ocasión en este diario y del que,
seguro, seguiré hablando. La solución prevista antes de que nosotros
llegáramos al gobierno era hacer una gran canalización, un azarbe,
por la huerta de Rocafort y llevar las aguas hasta el Palmaret Bajo y
el barranco del Carraixet. Se trata de una obra con un gran impacto
ambiental que, actualmente, estamos revisando con un principio de
acuerdo entre los diferentes municipios afectados. El objetivo común:
no retrasar el inicio de los trabajos pero con alternativas que
tengan un menor impacto ambiental que el azarbe.
Ayer
por la mañana nos reunimos con el concejal de Medio Ambiente de
Rocafort, Eduard Ramírez Comeig, para estudiar sus propuestas de
actuaciones alternativas. Rocafort, que es por donde tendría que
pasar el azarbe, está en contra de la obra y propone llevar a cabo
parques verdes que puedan servir como balsas de laminación. Esta
mañana tendremos una reunión con técnicos de la Generalitat y de
los diferentes municipios para concretar esas alternativas.
A
continuación participé en la Comisión de Seguimiento de la Cátedra
de Cambio Climático de la Universidad Politécnica que dirige el
profesor Manuel Pulido. Revisamos la reciente actividad de la cátedra
así como la preparación de las Jornadas que organizarán en el mes
de octubre y la Conferencia que en noviembre dará la ex secretaria
de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, sobre la imperiosa
necesidad de legislar sobre esta cuestión. También repasamos temas
administrativos de funcionamiento y el estado de la tramitación de
las becas y premios de investigación que la Cátedra ha puesto en
marcha.
Desde
el Consell, queremos que en esta segunda parte de legislatura tenga
más presencia nuestra actividad en torno al Cambio Climático. Más
allá de las políticas que venimos aplicando en la dirección de
reducir nuestra aportación en negativo al Cambio Climático, se
trata también, especialmente desde nuestra Conselleria, de darle el
máximo de visibilidad a la cuestión. Por ello, antes de final de
año tenemos previsto presentar la Estrategia de Energía y Cambio
Climático en la que llevamos invertidos casi dos años de trabajo y,
a partir de ella, hacer una labor divulgativa y educativa más
potente e ir preparando una regulación legal al respecto.
Antes
de comer, con Manuel Lubary, vicepresidente de la Confederación de
Asociaciones de Vecinos y Consumidores de la Comunidad Valenciana
(CAVE-COVA), tratamos el tema de la quema de la paja del arroz en la
Albufera. Desde CAVE-COVA, como ya han hecho en otras ocasiones,
están preparando una queja ante la Unión Europea. Nosotros les
explicamos que tenemos previsto limitar la quema a las zonas de
cultivo de arroz que puedan tener una amenaza real de sufrir
fisiopatías y que, además, la quema sólo se hará de manera
controlada. Estamos convencidos de que así las molestias causadas
por el humo serán mucho menores que las del año pasado. Hemos
hablado de la cuestión repetidamente con los agricultores de la
Albufera y estamos seguros de que, entre todos, conseguiremos reducir
a su mínima expresión las posibles molestias, tanto al medio
ambiente como a la salud de las personas. La quema tiene
alternativas, como se reconoce en todos los informes y si, además,
se sigue trabajando en la búsqueda de salidas rentables para
facilitar la retirada, en próximas temporadas aún lo tendremos más
fácil.
La
tarde la dediqué al trabajo interno y a preparar mi intervención en
unas jornadas sobre la contaminación por ozono convocadas para hoy
por "Ecologistas en Acción".
El
día lo terminé en la calle Colon de Valencia, a las puertas de la
Delegación del Gobierno. Obviamente no estaba allí como Secretario
Autonómico sino como ciudadano cabreado para protestar por la deriva
antidemocrática del Gobierno de Mariano Rajoy en relación a
Cataluña. Detenciones, registros, persecuciones, amenazas,
incautaciones, censuras... gestos impropios de un Estado de Derecho.
Ya no es cuestión de independencia o no independencia, es cuestión
de democracia. Ante los atentados del terrorismo etarra se decía que
la violencia no era el camino, que sin armas y por la vía política
todo era defendible. Se ve que no. El referéndum no es el problema,
el referéndum es la solución. En democracia, las discrepancias se
resuelven votando. El miedo al referéndum va más allá de la
independencia o no de Cataluña. El miedo es que después del tema
catalán queramos votar más cosas: el modelo de Estado, el rescate
de los bancos, las condiciones laborales, el modelo productivo... y
votando, votando, se desmonte la estructura de un régimen que nos ha
llevado hasta aquí pero que ya no da para más. Esto es lo que yo
reclamaba ayer con mi presencia ante la Delegación del Gobierno,
algo que va mucho más allá de si Cataluña debe ser o no
independiente.
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