La
jornada de ayer miércoles la arranqué en el despacho de la
secretaria autonómica de Economía Sostenible, Blanca Marín. El
tema, la revisión que su Conselleria está haciendo del Plan Eólico
Valenciano. Con Marín estaba su director general de Industria y
Energía, Diego Macià. La reunión era una puesta en común del
meniconado Plan con nuestra Conselleria y la de Vivienda, Obras
Públicas y Vertebración del Territorio.
El Plan Eólico de los
gobiernos del PP estaba totalmente en «vía muerta» ya que los
concursos fueron adjudicados pero ninguna empresa tenía interés en
impulsar los proyectos, con lo cual, no había ninguna posibilidad
real de desarrollar instalaciones de energía eólica. La Conselleria
de Economía Sostenible ya ha resuelto antiguos concursos que tenían
parado el proceso y ahora toca revisar el Plan en su globalidad. Por
eso, en la medida en que tanto Territorio como Medio Ambiente somos
Consellerias con cosas que decir al respecto sobre el nuevo diseño,
ayer nos pusimos manos a la obra para concretar alternativas y
posibilidades. Ver las cosas que se hicieron mal, analizar buenas
prácticas en otros lugares y estudiar posibles modelos. Economía
Sostenible quiere tener a punto los trabajos antes de un año. Y el
desarrollo de las energías renovables es un reto que nos compromete
a todos.
A
continuación, entre reunión y reunión, trabajé con el director
general de Calidad Ambiental y Cambio Climático, Joan Piquer,
algunas propuestas que me presentó sobre divulgación, información
y pedagogía en temas ambientales. Antes de final de año, tendremos
lista la nueva Estrategia Valencia de Energía y Cambio Climático y
será imprescindible diseñar campañas sobre su conocimiento y
promoción.
La
siguiente reunión fue, junto con el director general de Medio
Natural, Antoni Marzo, con el director territorial de Valencia,
Javier Civera, y el grupo de Agentes Medioambientales que trabaja en
el entorno de la Albufera. Dentro de todo el proceso ligado al diseño
de la quema de la paja del arroz, los operativos de control y
vigilancia son una parte destacada y, ayer, establecimos las
directrices respecto a la presencia de Agentes Medioambientales
durante los días que dure la quema. Habrá un refuerzo del operativo y lo coordinaremos con otros agentes de la autoridad y
brigadas del Parque Natural.
Al
mediodía tenía previsto asistir a la conferencia que nuestro
director general de Calidad Ambiental y Cambio Climático, Joan
Piquer, daba como clausura
del
ciclo sobre "Una alternativa valenciana ante el reto del Cambio
Climático", organizado por el Club Diario Levante y la empresa
FCC. La realidad es que llegué
cuando ya había acabado el
acto y sólo pude
saludar
a
alguno
de los participantes.
La
tarde la
dediqué por completo
al tema de la quema de la paja del
arroz en
la Albufera.
En
un primer momento, con el equipo de Abogacía y de Medio Natural,
revisamos el formato administrativo que debe tener la aceptación por
parte de Medio Ambiente de las medidas excepcionales de quema.
A
continuación nos reunimos con una representación de agricultores de
las dos principales asociaciones agrarias valencianas (AVA y la Unió
de Llauradors) para compartir nuestras propuestas sobre la
autorización de las mencionadas medidas excepcionales.
La
cuestión la hemos comentado y debatido reiteradísimamente
en diferentes reuniones a lo largo de los últimos meses. Los
agricultores nos reclaman que, como el año pasado, volvamos
a dejar quemar el total de las
hectáreas de
arrozales del
Parque Natural, unas 15.000. Nosotros volvimos
a insistir en que nuestra
intención es distinguir entre las zonas bajas y las zonas altas de
la Albufera. En las primeras, una parte mucho menor que la quemada el
año pasado, donde desde sanidad vegetal nos han marcado que hay
problemas de fisiopatías, durante el mes de octubre, se autorizará
la quema
bajo
unas condiciones de
control y vigilancia adecuadas.
En las partes altas, en la medida que son zonas sin inundación o con
niveles de agua inferiores, se pueden aplicar otros métodos de
gestión de la paja que se contemplan en las
normativas europeas ligadas a las ayudas que reciben los agricultores
(dejar en el terreno, trituración, fangueo, retirada...). Si
resultan necesarias quemas
puntuales de
cara al invierno
lo
revisaremos caso por caso.
Desde la Conselleria
procuraremos facilitar la retirada de la paja ya que es la mejor
manera de garantizar la salud agronómica de la zona y
evitar molestias a la población.
De cualquier modo, la quema
no
puede resultar este año un problema medioambiental y de
contaminación como el del año pasado. El proceso hacia la
desaparición de las quemas
en
la Albufera no tiene vuelta atrás y se debe gestionar garantizando
que los rendimientos agrícolas no sólo no van a menos sino que
mejoran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario