Ayer
estuvimos en la mayor cantera de mármol del mundo, la mayor cantera
a cielo abierto de Europa, la de MonteCoto en Pinoso, en el Medio
Vinalopó. Impresionante, sí. Un agujero inmenso. 300 metros de
profundidad.
Una explotación que es un puntal económico en la zona
pero, al mismo tiempo, con un impacto medioambiental negativo de
primer orden por diferentes motivos. Nuestros anfitriones fueron el
alcalde de Pinoso, Lázaro Azorín, y la concejala de Medio Ambiente,
Silvia Verdú. También nos acompañaron representantes empresariales
y concejales de diferentes poblaciones del Medio Vinalopó (Monóvar, La Algueña y La Romana).
La
gestión de los residuos de la explotación, una mezcla de piedra y
tierra denominada «marmolina», así como el conjunto de toda la
actividad, está en un proceso de regularización desde hace años
pero no acaba de rematarse. Ahora mismo, los depósitos de residuos
se acercan al municipio vecino de La Algeña y, ambos Ayuntamientos,
han iniciado un proceso para la aprobación de un Plan Especial
urbanístico que suponga una solución de futuro a esta problemática.
La gestión minera significa extraer de un punto, aprovechar las
piezas de mármol que se obtienen y el resto del material extraído,
toneladas y toneladas cada día, ir acumulándolo en otro punto.
El
objetivo es regular todo el proceso de una vez, acabar con años y
años de «parcheo» administrativo para superar los obstáculos.
La
Asociación de Empresarios del Mármol comparte también esta
pretensión. Su interés es plantear una gestión que les pueda
garantizar la actividad durante los próximos 20 años, como mínimo.
Nuestro
compromiso fue que procuraríamos que no hubieran demoras
administrativas y que, más allá del mantenimiento de la actividad,
la protección del territorio, la regulación de los impactos
ambientales y las sucesivas restauraciones a realizar fueran
nuestras prioridades. Hablar de sostenibilidad ante una cantera de
esa magnitud resulta contradictorio, pero la política la hacemos a
partir de lo que hay, y a partir de ahí iniciamos los cambios.
De
hecho, tocamos dos aspectos más de cuestiones relacionadas con la
extracción del mármol. Por un lado, la posibilidad de que los
restos del mármol que salen de las fábricas donde se hace su
tratamiento se puedan usar para restaurar las cavidades de viejas
explotaciones o para el sellado de vertederos. Esta posibilidad
resolvería dos problemas, por un lado la restauración de los
espacios degradados y, por otro, la existencia de montañas de restos
del mármol que, ahora, se acumulan de manera irregular junto a las
fábricas. Estos restos de mármol tienen características parecidas
a la arcilla pero su consideración como residuos dificulta su uso.
El segundo tema es el preocupación que tienen los empresarios del
mármol para poder exportar la piedra triturada como graneles desde
el puerto de Alicante. Las dificultades que tiene la instalación
portuaria para hacer el trasiego de graneles impide la manipulación
en gran cantidades. La futura existencia de naves cerradas en
depresión en el puerto de Alicante podría ser clave en este
sentido.
Después
de toda la mañana en Pinoso, de un par de reuniones y de diferentes
visitas alrededor de la cantera, nos fuimos hasta Cocentaina.
Allí
mantuve una reunión con el director de los Parques Naturales de
Mariola y Font Roja, Salvador Palop, y el presidente de la Junta
Rectora de la Sierra de Mariola, Xavier Anduix. También estuvo con
nosotros el concejal Jordi Pla. Hicimos un repaso a diferentes
iniciativas en relación con este espacio protegido: el aumento de
brigadas del Parque que vamos a hacer efectivo a partir del próximo
año; las mejoras en comunicación e información a la ciudadanía;
la profundización en la coordinación entre las diferentes
administraciones implicadas; e iniciativas diversas de dinamización
y conservación de este espacio natural.
A
continuación, en la Casa de la Juventud, participé, conjuntamente
con el concejal de Medio Ambiente de la localidad, Juan Saúl
Botella, en la inauguración de las "II Jornadas Cocentaina
hacia la sostenibilidad".
Serán quince días de conferencias,
visitas, proyección de documentales, rutas guiadas, etc. El hilo
conductor de esta edición "El Cambio Climático y la
Biodiversidad". Se trata, lo dije en mi intervención, de una
iniciativa valiosa para fortalecer el nivel de conciencia ciudadana
en torno a esta cuestión.
Estamos ante el mayor reto de la humanidad
y no podemos dejar que las cosas más urgentes del día a día pero
mucho menos importantes nos desvíen un ápice de la necesaria
implicación en la lucha de cada uno contra el cambio climático. Una
ciudadanía consciente será una ciudadanía exigente y esto obligará
a los poderes públicos a no mirar hacia otro lado, a no ser
cobardes, y a ser consecuentes con la magnitud del reto.
Necesitamos
nuevos modelos de desarrollo y desde las administraciones públicas
tenemos que trabajar en ellos. Si hacemos las cosas "como
siempre" tendremos un grave problema. Y lo tendremos todos
nosotros, no el planeta. El planeta seguirá pero las personas quizás
no tendremos ya lugar en él. Aprovechemos la oportunidad que
significa el cambio climático para empezará hacer las cosas de otro
modo. No estaremos ante una catástrofe si somos capaces de
aprovechar esta oportunidad.
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