La
mañana de ayer la arranqué con el equipo de Medio Natural tratando
el que, seguro, será el tema del que más me ocuparé esta semana:
la quema de la paja del arroz en la Albufera. En
los próximos días tenemos que cerrar definitivamente nuestra
posición y tramitarla administrativamente como toca para fijar las
razones y condiciones del mencionado proceso de quema vinculado a las ayudas que reciben los agricultores. El
año pasado se gestionó de forma poco adecuada y este año conviene
darle un planteamiento diferente que ya he apuntado aquí en alguna
ocasión. Nuestra
pretensión es no provocar ningún tipo de perjuicio a las
explotaciones de arroz que tan importantes son para el mantenimiento
del parque de la Albufera pero que, al mismo tiempo, éstas causen el
menor impacto medioambiental posible.
Como
digo, tendremos ocasión de hablar más sobre la paja del arroz a lo largo de esta
semana.
Un
poco antes del
mediodía nos reunimos, junto con el director general de Medio
Natural, Antonio Marzo, y el jefe de servicio de Gestión
Forestal, Miquel Garcia Bartual, con el director de Lafarge España,
Raúl Pérez, y el máximo responsable de la empresa en Sagunto,
Miguel
Ángel Urbano, para revisar el estado de la resolución de renovación
de su cantera del Salt del Llop,
en Sagunt.
A
principio de septiembre hicimos llegar a las partes, al Ayuntamiento
como propietario de los terrenos, y a la empresa, una nueva propuesta
de resolución, y a finales de mes acaba el plazo de alegaciones. La
empresa nos anunció que se plantean presentar alguna observación y
nosotros les dijimos que las revisaremos con atención.
La
renovación de actividad significa que Lafarge podrá seguir
explotando el mismo agujero que ya ocupa en Sagunt a mayor
profundidad. Según los cálculos, la piedra disponible da para 15
años más aproximadamente. Su derechos mineros superan este tiempo
pero a los trabajos de extracción hay que sumar también los de
restauración.
En
la resolución se especifica también la obligación de marcar el
punto exacto en el que se encuentra la explotación a día de hoy,
por tanto, el nivel desde el que se empieza a partir de ahora.
Nuestra
previsión es acabar todo el trámite antes de finales de octubre.
Esto garantizará la continuidad de la empresa y, por lo tanto, de
sus puestos de trabajo. Asimismo, no se contemplan nuevas zonas de
ampliación de la cantera, ni en el bosque de Romeu, cuya protección
estamos tramitando, ni en la zona del Pinyal. A
los medios que, una vez acabada la reunión me pidieron
declaraciones, les trasladé toda esta explicación.
El
tema Lafarge ha sido uno de esos temas que lleva muchos años
arrastrándose y que, sinceramente, nos ha ocupado mucho tiempo en
estos dos años de gestión.
Antes
de comer repasé algunos temas pendientes todavía de las
difererentes resoluciones aprobadas en las Cortes durante el pasado
debate de Política General y, ya por la tarde, comenzamos con una
revisión de agenda para planificar la semana y trabajar en las
previsiones presupuestarias de 2018. Pretendemos incrementar la
disponibilidad de dinero para el próximo año. Debemos ser capaces
de tener margen para hacer frente a nuestra parte en los programas
financiados conjuntamente con la Unión Europea y, sin ánimo de
repetirme, para ir recuperando las grandes recortes que el PP llevó
a cabo en todas las líneas relacionadas con nuestro Medio Ambiente.
A
media tarde, me desplacé hasta los estudios de Radio Valencia-Cadena
SER para grabar una entrevista en SER-Deportivos sobre el proyecto de
la Ciudad Deportiva del Valencia CF de Porxinos, en Riba-roja. Un
Plan Parcial que pretendía, además de la construcción de las
instalaciones deportivas del club, la edificación de 2.400
viviendas.
El
tema ha vuelto a ser de interés informativo después de que, hace
unas semanas, presentáramos en la Junta Rectora del Parque Natural
del Túria el proyecto de ampliación de ese espacio natural. Con
dicho incremento de territorio del Parque Natural, los terrenos donde
debía ir la urbanización pasan a ser zona de pre-parque y, por
tanto, pasan a ser espacio protegido.
Durtante
la entrevista se pretendía aclarar si la protección descartaba ya
toda posibilidad de hacer esta operación urbanística. Conviene no
olvidar que la primera vez que se presentó este polémico plan
urbanístico ya hubo una sentencia del TSJCV en 2013, confirmada en
2015 por el Tribunal Supremo, que lo tiraba atrás.
En
una segunda etapa, el plan volvió a presentarse y la Comisión de
Evaluación Ambiental lo informó desfavorablemente porque superaba
los límites de la Estrategia Territorial Valenciana para Riba-roja.
Y no por poco. El límite está en un crecimiento de unos 400.000 m2
y el proyecto urbanizador de Porxinos reclamaba casi 1.200.000 m2,
es decir, prácticamente el triple.
Por
lo tanto, si hasta ahora el Plan de Porxinos no ha tirado adelante es
porque siempre ha tenido unas características que lo hacían
incompatible con el lugar donde querían desarrollarlo. El plan de
Porxinos, que un presidente del Valencia CF calificó como un
"pelotazo", fue uno de esos proyectos que en tiempos del PP
se pretendía impulsar lo más rápido posible, utilizando algunos
atajos. Y al final, pasó justo lo contrario. Las cosas se hacían
mal, provocaban serias resistencias y acababan siendo bloqueadas.
En
resumen, que no, que en las actuales condiciones y en el espacio que
pretendían, el proyecto no tiene vigencia. Y ahora con la protección
que supone incorporarlo al Parque Natural, todavía menos.
Por
cierto, la incorporación de Porxinos al Parque Natural tenía que
haberse hecho desde el primer momento, desde 2007, cuando se declara
el Parque Natural del Túria. Porxinos es un conector clave para
enlazar Les Rodanes de Vilamarxant con las montañas de Riba-roja,
con idéntico valor paisajístico. En 2007, inexplicablemente la
declaración del Parque deja fuera a Porxinos, con un extraño diseño
de delimitación, una especie de muela sin protección entre zonas
protegidas. Qué casualidad, el plan urbanizador que aprovechaba esa
especie de muela también es de 2007.