Ayer
fue el inicio de semana y empezamos con una reunión del equipo de la
Secretaría Autonómica, los cuatro directores generales y el asesor
de Asuntos Generales. Repasamos los temas pendientes, algunas citas
de la agenda y decidimos que, en lugar de dos reuniones semanales,
una de comunicación y otra sobre los temas en marcha, las
unificaremos en una sola los viernes.
Terminada
esa reunión, junto con el director general del Agua, Manuel
Aldeguer, nos desplazamos hasta Altea, al club náutico de la
localidad alicantina, donde se hacía la entrega de Banderas Azules
en playas y puertos deportivos de la Comunitat Valenciana.
Se
trata de una certificación ambiental que, impulsada por una
Organización No Gubernamental denominada Fundación para la
Educación Ambiental, lleva más de 30 años repartiendo estos
reconocimientos de buenas prácticas y gestión en los servicios así
como el mantenimiento de playas y puertos. La Generalitat, y en
concreto nuestra Conselleria, colabora en la campaña. Por eso ayer
el acto lo presidió la consellera Elena Cebrián, junto al alcalde
de Altea, Jaume Llinares, y los responsables del puerto deportivo del
municipio. También estuvo el secretario autonómico de Turismo,
Francesc Colomer.
Este
año 129 playas de todas las comarcas litorales de nuestra Comunitat
han tenido bandera azul, cuatro más que el año pasado. En puertos,
15 han recibido este reconocimiento, uno más que en 2016. Nuestras
playas acaparan el 21% de las Banderas Azules de todo el Estado.
Somos la Comunidad Autónoma con más Banderas. Y Alicante, con 78,
es la provincia número 1 de este preciado ranking.
En
el breve discurso que hice ante los muchos alcaldes y concejales que
asistieron al acto, además de felicitarles y darles las gracias por
su trabajo, destaqué la necesidad de cuidar los mares, sobre todo de
la avalancha de plásticos que los contaminan, ya que sin ellos no
habrá ni playas ni puertos. Otra de las cuestiones que destaqué en
este reparto de banderas, y más en el año del "Turismo
Sostenible", es que son un buen ejemplo de que las poíticas
cuidadosas con el medio ambiente no son una limitación sino una
oportunidad. Las Banderas Azules son un valor turístico de primer
orden y se ganan haciendo las cosas bien.
Queda
mucho camino por hacer en la gestión sostenible de las playas pero
las Banderas Azules ayudan a allanar ese camino.
La
vuelta a València, al igual que había sido la ida, fue una buena
oportunidad para encadenar llamadas telefónicas y respuestas a las
muchas consultas que me van llegando, vía e-mail, vía facebook, vía
whatsapp... Y no todas son de trabajo, está claro. En los largos
viajes en coche por motivo de trabajo, también hay mucho tiempo para
leer documentos. Muchas veces sucede que bajas la vista para echar un
vistazo a los papeles en Dénia y cuando la alzas ya estás en
Massanassa.
Después
de comer tuvimos en el despacho de la consellera Cebrián una reunión
de las dos Secretarías Autonómicas para revisar temas pendientes,
algunas cuestiones de agenda y comentar asuntos diversos.
La
jornada la terminé en la sede de Compromís, en un Ejecutiva de la
coalición.
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