El
director general de Agua, Manuel Aldeguer, fue ayer la primera
persona que estuvo en mi despacho. Debía ser una conversación breve
porque, de inmediato, tenía una reunión pero, cosas que pasan, las
personas que estaban convocadas se habían apuntado que la reunión
era el 19 de julio, así que Aldeguer y yo tuvimos una hora larga
para poder revisar cuestiones pendientes.
Las
obras de la margen izquierda del Júcar-Vinalopó, y todo el proceso
de su gestión posterior para que puedan entrar definitvamente en
funcionamiento, fue una de las cuestiones a tratar. La reversión de
la propiedad de la balsa del Toscar que el PP entregó a la Junta
Central cuatro días antes de las elecciones de 2015, es un proceso
que está en marcha y que debemos llevar a cabo con absoluta
correción. El control público de la gestión de estas grandes
infraestructuras del agua es más que necesario y, a pesar de las
dificultades que plantean estas reversiones, las haremos en defensa
del interés general.
También
estuvo sobre la mesa el «Plan de Restauración Integral del río
Vinalopó». Los responsables del Observatorio del Vinalopó llevan
ya mucho tiempo implicados en el proceso de recuperación del río
cuya extensión supera los 80 kilómetros, y la dirección general
del Agua, aunque el proyecto la sobrepase, debe ser protagonista de
los trabajos a realizar. Estamos todavía en la fase de estudio y
valoración del coste que puede llegar a tener el proyecto. Después
vendrá el momento de repartir responsabilidades y ver de dónde
salen los recursos para hacer los trabajos. El proyecto es muy
ambicioso y, por eso mismo, no puede ser hijo de una sola
administración.
A
continuación, junto con el director general y el subdirector de
Medio Natural, Antoni Marzo y Josep Nebot, nos reunimos con una
representación del sector arrocero de la Unió de Llauradors, con
Enrique Bellido al frente. Nos plantearon la necesidad de incluir la
margen derecha del último tramo del río Júcar dentro de la red
Natura 2000. Se trata de una iniciativa que ya se planteó hace
muchos años y que, por diversas circunstancias, nunca se llegó a
concretar. Nosotros estamos plenamente de acuerdo con la demanda. La
petición es una de esas iniciativas que pone de manifiesto que
agricultura y conservación del territorio no sólo no son realidades
enfrentadas sino todo lo contrario. En estos momentos, la margen
derecha del último tramo del Júcar, que está catalogada ya como
zona húmeda, tiene una serie de controles y limitaciones, pero, sin
embargo, no cuenta con las ventajas que implicaría pertenecer a la
Red Natura 2000. Además, y en eso también coincidimos, las ayudas
de la Unión Europea cada vez están más ligadas a figuras de
protección del territorio. Así que, cuanto antes hagamos camino, en
mejor situación estaremos.
La
conversación la tuvimos que rematar con el polémico tema de la
quema de la paja del arroz en la Albufera, otra cuestión que no se
puede desvincular de la necesaria mejora de la gestión
medioambiental en la que todos nos tenemos que implicar. Llevamos
muchos meses trabajando para evitar quemas masivas de paja y hay que
avanzar en ese equilibrio entre las necesidades de los agricultores y
el interés general.
Finalizada
la reunión con los arroceros, continuamos la sesión de trabajo con
Marzo y Nebot porque tenemos en marcha la revisión del Plan de
Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del Parque Natural del
Turia, y especialmente la afección que dicha planificación tiene
sobre la pretendida variante de Pedralba que, en tiempos del PP, se
pretendía hacer por dentro del espacio protegido. Disponemos ya del
primer documento de trabajo sobre esta modificación, cuyo proceso de
Evaluación Ambiental debe comenzar ahora, y queremos que sea el
Ayuntamiento de Pedralba quien lo conozca antes que nadie. Ellos
son las «víctimas» de un proyecto que nunca debería haberse hecho
por donde lo diseñó el PP, con Alfonso Rus al frente de la
Diputación de Valencia. Ahora de lo que se trata es de buscar
alternativas, porque el nuevo PORN impide cualquier intervención que
afecte la integridad del Parque y, obviamente, una carretera
longitudinal es una afección grave. La necesidad de la variante es
indiscutible y, por ello, todos debemos poner de nuestra parte para
conseguir que sea una realidad sin dañar el Parque Natural.
La
última reunión del día fue, a primera hora de la tarde, con una
representación de Ecologistas en Acción y la Plataforma
Antifracking de las comarcas de Castellón. Fue una reunión conjunta
de nuestra Secretaría Autonómica y la de Economía, que dirige
Blanca Marín.
La pretensión de los colectivos ecologistas era
obtener información sobre las solicitudes de investigación para la
búsqueda de hidrocarburos de la empresa Montero Energy en Castellón.
Las demandas son de 2012, y fueron revisadas en 2015 porque tenían
muchas carencias, y siguen pendientes de informes ambientales.
Nosotros nos hemos ratificado en que, tal y como estipulan los
objetivos políticos del Gobierno del Botánico así como la
correspondiente proposición de Les Corts, el «NO» al fracking es
indiscutible. De hecho, hemos acordado buscar vías de colaboración
para que, con la máxima celeridad, impulsemos iniciativas que pongan
coto a este tipo de prácticas y trabajaremos conjuntamente para
rematar una Ley que nos permita garantizar que la técnica del
fracking o fractura hidráulica en la búsqueda de hidrocarburos no
sea posible de ninguna de las maneras en nuestro territorio.
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