Hay
proyectos urbanísticos que llevan años y años varados porque
pretenden promover actuaciones que no encajan en el territorio donde
supuestamente deberían desarrollarse y nadie deja claro los límites.
Durante muchos años hemos visto cómo se forzaban tramitaciones y se
retorcían procedimientos para hacer viable lo inviable. El PP ha
sido un maestro de estas prácticas. Después, en muchos casos, como
estamos viendo, han sido los tribunales lo que han acabado poniendo
las cosas en su sitio y, a veces, incluso destapando algunos casos de
corrupción.
El
Plan Parcial de "Masía de Porxinos", en Riba-roja de
Tùria, ese que el antiguo presidente del Valencia C.F., Juan Soler,
calificó como "un pelotazo", o la modificación de la zona
de Anibits-Margequivir, en Callosa d'En Sarrià, son dos de esos
proyectos atascados que acarrean además sobre sus espaldas
sentencias judiciales en contra.
Ayer,
como cada fin de mes, celebramos reunión de la Comisión de
Evaluación Ambiental y revisamos toda una serie de proyectos de los
cuales los más destacados, los que más expectación habían
levantado, eran los dos mencionados.
En
ambos casos se trataba de emitir el correspondiente "Documento
de Alcance". No estamos ante un trámite definitivo. Se
corresponde con el momento procedimental en el que, a la vista del
proyecto presentado, y revisados todos los informes de los diferentes
departamentos consultados, se establecen las condiciones que
permitirían hacer realidad las obras previstas.
Tanto
el caso de Porxinos (ciudad deportiva, hotel y 2.400 viviendas) como
en el de Callosa (dos campos de golf, varios hoteles y 1.500
viviendas) la observación principal que imposibilita la realización
de los proyectos presentados es el incumplimiento de los parámetros
que establece la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana
respecto al uso residencial. En ambos casos, las superficies máximas
de crecimiento ya están cubiertas por el suelo urbanizable del que
disponen ambos municipios, así que recalificaciones superiores al
millón de metros cuadrados no tienen un encaje possible, lo mires
por donde lo mires. Ni desclasificando las zonas ahora previstas se
conseguiría cumplir con la Estrategia Territorial.
Además,
en el caso de Callosa, aproximadamente el 75% del espacio previsto en
el proyecto incluye zonas de interés y valores medioambientales del
entorno de la Sierra de Bernia (Natura 2000, LIC , ZEPA, Paisaje de
Relevancia Regional...), por lo tanto, siempre quedarían exentos de
cualquier proceso urbanizador.
En
Porxinos, además el Plan de Ordenación del Parque Natural (PORN)
del Turia está en proceso de revisión y, por este motivo, cualquier
intervención que sea susceptible de alterar significativamente el
entorno queda suspendida cautelarmente.
Nuestra
voluntad es ser escrupulosos en el cumplimiento de los preceptos de
protección medioambiental, pero también nos mueven dos objetivos
más, a saber, agilizar las tramitaciones y garantizar la seguridad
jurídica de todos los agentes implicados en proyectos urbanísticos,
dejando muy claro lo que se puede y lo que no se puede hacer.
Coherencia y responsabilidad: la mejor manera de garantizar que los
promotores sepan hasta dónde pueden llegar y cuáles son
verdaderamente las actuaciones posibles.
Terminada
la reunión de la Comisión, me esperaban un grupo considerable de
periodistas con los que repasé los acuerdos adoptados. Obviamente
Porxinos fue la estrella. Fútbol y Medio Ambiente, curiosa
combinación.
Más
allá de evaluaciones ambientales, como todos los jueves, ayer
también asistí al Consellet, la reunión de secretarios autonómicos
y subsecretarios preparatoria del Pleno del Consell de hoy viernes y,
ya por la tarde, revisé junto al director general de Calidad
Ambiental y Cambio Climático, Joan Piquer, la situación de la
reciente parada de la planta de tratamiento de envases ligeros de
Picassent que obligó a modificar los flujos de estos residuos, los
que gestiona Ecoembes. Picassent necesitaba aproximadamente un par de
semanas de parada técnica y, mientras tanto, la dirección general,
que es la autoridad ambiental competente, decidió que el material se
trasladara a las plantas del EMTRE y de Guadassuar. A finales de esta
semana se recuperará ya la normalidad.
A
continuación tuve una reunión con el director de VAERSA, Vicent
García, a la que posteriormente, se incorporaron la directora
general de Prevención de Incendios Forestales, Delia Álvarez, y el
asesor de Asuntos Generales, Enrique Pastor. La mayor encomienda que
tiene nuestra Secretaría Autonómica con VAERSA es el Plan de
Vigilancia y Prevención de Incendios Forestales (PVPIF), que cuenta
con más de 400 trabajadores que, en la mayoría de los casos,
arrastran desde hace años problemas de adecuación en cuanto a sus
grupos profesionales y también en cuanto a la organización del
trabajo. Llevamos meses ocupándonos de estas cuestiones y la
dirección de la empresa es consciente de los asuntos pendientes.
VAERSA está dispuesta a atender las demandas que se le hacen, tanto
para llegar a un acuerdo sobre la forma de cumplir los horarios del
convenio, como las reclasificaciones de los peones. Obviamente, los
tiempos no están totalmente bajo el control de la empresa pública
pero, desde la consideración estratégica que VAERSA tiene para
nosotros y la absoluta confianza en la capacidad de sus trabajadores,
avanzaremos en consolidar su funcionamiento y en la mejora de las
condiciones laborales.
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