La
jornada de ayer la empecé con una reunión de la Comisión de
Evaluación Ambiental en la que revisamos una serie de iniciativas
urbanísticas que debemos cursar. Revisamos planes generales de
diferentes municipios, entre ellos, Catral, en la Vega Baja, que
tiene miles de viviendas en situación irregular que hay que
regularizar. Ahora el ayuntamiento tiene dos años para decidir cómo
hacerlo y evitar que se tengan que poner sanciones graves o, incluso,
proceder a algún derribo.
Catral,
que dispone de una de las huertas más impresionantes de la
Comunitat, fue objeto en el año 2006 de una decisión sin
precedentes por parte del Gobierno del PP que retiró al Ayuntamiento
las competencias en disciplina urbanística debido a la falta de
control sobre el urbanismo en la localidad. En 2009 se le
devolvieron. Muchos de los propietarios de las viviendas irregulares,
verdaderas urbanizaciones fuera de la legalidad, son extranjeros,
sobre todo ingleses. Por eso el consulado de ese país se ha
interesado en repetidas ocasiones por la situación de este municipio
alicantino.
En
la Comisión, también pasamos revista a una serie de modificaciones
puntuales al planeamiento y planes especiales. Ayer, de todos modos,
no había en el orden del día ningún proyecto de aquellos que
mantienen en guardia a los medios de comunicación.
No
pude estar en los últimos puntos de la Comisión porque a las 12
tenía una reunión con la consellera Elena Cebrián para revisar
algunos temas relacionados con la gestión del agua como remate a una
semana casi monográfica sobre este asunto, ya que, como anteayer fue
el Día Mundial del Agua, le hemos dedicado especial atención al
tema.
Inmediatamente,
como todos los jueves, fui al Palau de Castellefort para asistir al
"Consellet", la reunión de secretarios autonómicos y
subsecretarios previa al Pleno del Consell de los viernes.
Ayer,
de nuestra secretaría autonómica incluimos, la venta por parte del
Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) de una
parcela anexa a sus instalaciones para casi 800.000 euros, un acuerdo
con la Entidad Metropolitana de Saneamiento de Aguas para gestionar
el saneamiento de toda el área de Valencia y alrededores y un
convenio de obras contra inundaciones en la Marjalería de Castellón.
Del
Palau de Castellfort regresé al despacho de la Conselleria porque,
junto a tres directores generales, Joan Piquer, de Calidad Ambiental,
Antoni Marzo, de Medio Natural, y Manuel Aldeguer, de Agua, nos
reunimos con la secretaria autonómica de Modelo Económico y
Financiero, Maria José Mirá, para hablar sobre ayudas europeas y
sobre la situación del pantano de Buseo, en la localidad valenciana
de Chera.
En
lo que se refiere a fondos comunitarios, hablamos de programas para
la informatización de instalaciones y sistemas de recogida de
residuos, y en cuanto al pantano de Buseo, tratamos de su propiedad y
su futuro uso. El embalse en cuestión era propiedad de los regantes
de la zona, de ellos pasó a una fundación y, desaparecida esta,
terminó en manos de la Generalitat aún en tiempos del PP, después
de ir de un departamento a otro, ha acabado dependiendo de nuestra
Conselleria.
Cierto
es que el pantano no cumple ya su función original para el regadío
pero es un espacio de interés comarcal. La realidad, sin embargo, es
que la Generalitat no gestiona pantanos, que eso es cosa de las
Confederaciones Hidrográficas que dependen del Gobierno Central. Así
que, a través de Patrimonio, buscaremos un acuerdo con el Gobierno
de Madrid.
La
comida fue de trabajo con el director general del Agua, Manuel
Aldeguer, para ir preparando una reunión que tenemos la próxima
semana sobre obras para evitar las recurrentes inundaciones en las
localidades valencianas de Godella, Rocafort y Burjassot. Tenemos un
viejo proyecto de los tiempos del PP que apuesta por grandes
canalizaciones y buscamos soluciones menos agresivas.
Por
la tarde, con el subdirector general de Calidad Ambiental, José
Vicente Miró, nos reunimos con un grupo de vecinos de la Pobla de
Vallbona preocupados por las posibles emisiones contaminantes de
algunas fábricas de la población. Les explicamos, en general, cuál
es nuestra dinámica de inspecciones; hablamos concretamente de los
polígonos industriales de la zona y vamos a mantenerles informados
de todo lo que hacemos que pueda tener relación con sus quejas.
Una
vez terminada esa reunión, aún le dediqué un rato a un artículo
que estoy escribiendo sobre el valor de la ecología política en el
panorama político de los próximos años. Tras los resultados
electorales en Holanda, conviene tener en cuenta que la gran subida
del Partido Verde (GroenLinks) ha sido la que le ha parado los pies a
la formación ultra y xenófoba que todo el mundo daba, a priori, por
ganadora. La tesis que defiendo, y de la que estoy absolutamente
convencido, es que sólo la ecología política, sólo los partidos
verdes, tienen un discurso energético, económico, social y político
completo y verdaderamente alternativo al bipartidismo (liberales y
socialdemócratas) que nos han llevado a esta crisis que padecemos
por ser simples servidores del capitalismo depredador. Cuando se
hunden las formaciones tradicionales y emergen los populismos ultras,
sólo el discurso verde de la ecología política les puede hacer
frente con un modelo alternativo y sin contradicciones. Ya lo
leeréis...
Y
para terminar, comento la foto que encabeza hoy este diario. Me la
enviaron ayer. Es una instantánea tomada muy cerca de la
desembocadura del río Júcar en Cullera. Como veis, envases y más
envases abandonados que acaban ensuciando y contaminando nuestro
medio ambiente y que reclaman a gritos una gestión diferenciada y
mucho más eficiente de estos residuos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario