La
había visto muchas
veces cuando pasaba
por
la carretera, allá arriba, presidiendo la parte más alta de
Vinaròs, pero nunca había estado en la «Serra
del Puig», donde se ubica la Ermita
de la Virgen de la Misericordia, también conocida como la Ermita de
San Sebastián. Ayer estuve allí arriba y pude pasear por la zona y
disfruté de la impresionante vista que ofrece. Hacía un buen día y
podías ver
(casi
tocar)
desde el Delta del Ebro hasta el castillo de Peñíscola. Iba
acompañado
(muy
bien
acompañado,
por cierto),
entre otros, por el alcalde Enrique Plan; el concejal de Medio
Ambiente, Jordi Moliner; el senador, Jordi Navarrete, y el director
general de Calidad Ambiental, Joan
Piquer.
![]() |
En la rueda de prensa conjunta con el alcalde de Vinaròs, Enrique Plan, y el concejal de Medio Ambiente, Jordi Moliner |
Cierto
es que, mirando desde
la Ermita hacia
el
mar, también estás
obligado a ver
la plataforma del Castor, aquella iniciativa que tenía que sacar
petróleo de la costa mediterránea y hacernos ricos a todos y que,
al final, sólo provocó
temblores
de tierra y el único que ganó dinero (como si le hiciera alguna
falta) fue el empresario Florentino Pérez, gracias a la
indemnización multimillonaria
en euros públicos que, encima, se llevó. En fin... que se ve el
Castor pero ni
tan siquiera esa plataforma consigue
ocultar
la belleza de un
paisaje que sientes tuyo,
y que, a pesar de los excesos urbanísticos, acaricia la mirada
empezando
por los naranjos y terminando en el azul del mar... Si, además,
tienes
la suerte, como nos sucedió ayer, de encontrar
un
día claro, puedes
ver
perfectamente
el perfil suave de las Columbretes, y
te
entran
ganas
de quedarte allí.
Sí,
ayer estuve en Vinaròs, que era una
visita
que habíamos aplazado en diferentes ocasiones, para
participar,
precisamente, en la firma del acta
de constitución del Consejo
de Participación del Paraje Natural Municipal
de la Serra del Puig.
Preservar el valor medioambiental del lugar, y hacerlo con la
implicación de las diferentes administraciones y los colectivos
ciudadanos, desde entidades locales de ahorro hasta grupos
ecologistas, es una iniciativa que hay
que celebrar.
Los discursos sobre la necesidad de implementar políticas pensadas
para la protección del Medio Ambiente son una constante, pero las
medidas que las concretan en decisiones políticas siempre significan
un paso adelante que es preciso respaldar.
Con
los representantes municipales tratamos además
otras
cuestiones, desde diferentes inversiones previstas en temas de
energías limpias que hay en el municipio hasta la repetida propuesta
que ya me ha hecho alguna otra vez el concejal Moliner de hacer
experiencias pilotos del SDDR en Vinaròs. También hablamos
del
sellado del vertedero de la población. Les
confirmamos
que
el proyecto debe estar revisado definitvamente
en
verano. Ha pasado tanto tiempo desde que se inició que
el
presupuesto ya está desfasado. De cualquier modo, en un año
deberíamos
poder
decir que la obra está en marcha y
terminada. La zona norte de Castellón es una de las que cuenta
con más
vertederos incontrolados a la espera de ser sellados. El de Peñíscola
ya está a punto de acabarse y, después de Vinaròs, le tocará el
turno a Benicarló.
A
Valencia
volvimos ya después de comer, con el tiempo justo para acudir
al
despacho de la consellera
Elena Cebrián y hacer la primera reunión del Consejo de Dirección
del año. Fue un toma de contacto para poner en
orden algunos asuntos
y para comenzar a preparar la reunión semestral del Consell
que
tendrá
lugar a
finales de mes en Sagunt.
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