Tomen
cualquier línea de Metro de cualquier gran capital, pongan como
punto de origen una estación que esté en algún barrio acomodado y
diseñe un trayecto de quince estaciones hasta llegar a una zona más
humilde a las afueras de la misma ciudad. En términos de salud,
verán como la esperanza de vida entre la primera y la última
estación se reduce un promedio de seis años. Ayer, Ana María
García, directora general de Salud Pública de la Generalitat, nos
explicó esto y muchísimas cosas más en la constitución de la
Comisión de la Evaluación del Impacto en Salud en la Comunidad
Valenciana, que preside la consellera de Sanidad, Carmén Montón.
La
salud de las personas tiene que ver con muchas cosas más que el
hecho concreto de una determinada enfermedad que se pueda tener o
dejar de tener. El entorno físico, los factores socioeconómicos y
muchos otros condicionantes, amplios y diferentes, tienen gran
influencia en nuestra salud. Por eso, ayer se constituyó la citada
Comisión. Fue una sesión de trabajo muy interesante y útil. La
Comisión es una instancia de coordinación en prevención y también
de asesoramiento en aquellas decisiones que sirvan para maximizar los
efectos positivos sobre la salud. Una manera de seguir de manera
transversal el impacto en la salud de las iniciativas que toma el
Gobierno de la Generalitat. Un representante de nuestra Secretaría
Autonómica formará parte del Comité Técnico de la Comisión.
Del
Palau de la Generalitat, que es donde se celebró la mencionada
reunión, fui a mi despacho y estuve trabajando con el director
general de Calidad Ambiental y Cambio Climático, Joan Piquer, sobre
el estado de los Consorcios de Residuos. Hemos hecho un repaso de los
que, en los últimos años, han resultado más problemáticos. Ayer
hubo reunión del Consorcio de la zona V5, que afecta a las comarcas
centrales de La Costera, La Safor, La Vall d'Albaida, La Canal de
Navarrés y el Valle de Ayora-Cofrentes, y que ha pedido la
habilitación de la planta de transferencia de Bufali para mejorar
los costes de gestión. Todos los puntos del orden del día se
aprobaron por unanimidad, lo que es todo un éxito si tenemos en
cuenta que durante mucho tiempo la conflictividad era la nota
predominante.
A
continuación me reuní, junto con Joan Piquer, con la Federación
Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) que nos
explicó los esfuerzos que están haciendo para mejorar los impactos
medioambientales de la actividad de su sector y nos expresaron sus
dudas respecto a la eficiencia del SDDR. Coincidimos en la necesidad
de hacer una política amplia de residuos, así como también en la
obligación que tenemos de mejorar el abandono de envases en el
territorio. Su opinión es que el actual sistema de SIG, que gestiona
Ecoembes, todavía puede mejorar, y nos mostraron su disposición a
trabajar conjuntamente en todo lo que implique avances. Nosotros les
explicamos la situación de los residuos en la Comunitat Valenciana y
la necesidad de implementar mejoras en la reducción y la recogida
selectiva tanto en separación de orgánica, como en la
informatización de los ecoparques, como en el depósito y devolución
de envases.
La
tarde fue
de
trabajo en el despacho. Son muchos los temas pendientes, los
documentos a leer, las conversaciones y contactos que toca hacer con
mis colaboradores y los muchos agentes a atender relacionados con nuestras
competencias.
Uno de esos colaboradores, cuando salió de la torre donde
trabajamos, hizo
la siguiente foto
de nuestras ventanas que me
sirve para cerrar el diario
de ayer.
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