Un
año y medio después, ayer regresamos
al
Botánico, y lo
hicimos para ratificar
la voluntad de gobernar el país de otra manera, pensando en las
personas de abajo, las que no tienen ni ejércitos
de abogados a su servicio, ni asesores financieros; y pensando
también en las generaciones que todavía no están entre nosotros;
no hay mayor generosidad que gobernar pensando en los que han de
venir. Nosotros, todos los que ahora habitamos el mundo, también
fuimos
un día "los
que teníamos que venir".
Ximo
Puig, Mónica Oltra y Antonio Montiel, como aquel verano, representan
el cambio y la esperanza, pero ahora, además, representan la
realidad de un gobierno estable, trabajador, coherente y que mejora
la vida de las personas.
Ayer
estuve, al igual que hace un año y medio, en
el
Botánico, y fui testigo de la firma que ratifica el acuerdo que ha
posibilitado el Gobierno en el que trabajo.
Mucho ha cambiado mi vida desde ese momento y tengo el deseo de que
mi trabajo también pueda servir para cambiar la vida de muchas
personas y cambiarlas para mejor.
Desde
la Secretaría de Medio Ambiente y Cambio Climático tenemos el reto
de cumplir, o ayudar a cumplir, todos los compromisos que hacen
referencia al nuevo modelo productivo, la economía verde y la
economía circular que son retos que, por convicción y por
obligación, tendremos que hacer realidad en los próximos años.
Firmas
aparte,
ayer estuve reunido también con Sergio Alejos, teniente de alcalde
del Ayuntamiento de Xilxes.
Con él hablamos
de
la desalinizadora de Moncofa que, heredada de etapas
anteriores en las que,
ni la falta de agua impedía
promover
más y más urbanizaciones, todavía
está
por estrenar y, si
nadie lo remedia,
puede terminar costando muchos más
millones
en
caso de que las
autoridades europeas decidan
multar al Reino de España.
Antes
de terminar la mañana, también constituimos, conjuntamente las dos
secretarías autonómicas de nuestra Conselleria,
la comisión que se encargará de buscar alternativas a la quema de
la paja del arroz el próximo otoño en el Albufera.
Después
de comer, me reuní con el equipo
de Gobierno
del Ayuntamiento de Sagunto para seguir buscando garantías que
permitan la
continuidad de la actividad de la cementera de Lafarge sin
poner
en peligro el mantenimiento del paraje forestal de Romeu.
Las vías de acuerdo entre el consistorio y la empresa están
avanzadas y, ahora que estamos muy cerca de una solución después de
años de enredos, hay que ser especialmente prudente para impedir
que se
vuelva al terreno de la judicialización.
La
tarde la acabamos con un puesta en común en el despacho de la
consellera
Elena Cebrián de los principales proyectos y objetivos en el área
de
Medio Ambiente para el año que comienza. 2017 será fundamental ya
que, después de un primer año completo, 2016, que ha servido para
poner
en marcha muchas
iniciativas, en los próximos meses debemos ser capaces de ir
cerrándolas
y
concretar los compromisos adquiridos
con quienes
nos votaron.
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