Al lado del cartel de la Jornada sobre nuestro futuro sistema de gestión de envases de bebidas, basado en la Devolución y Retorno, el devolver el casco de toda la vida.
Vuelvo a la normalidad
de mi tarea después de una semana en Marrakech con motivo de la
COP22. No explicaré ahora como me ha ido por aquellas tierras dado
que ya lo he ido contado a lo largo de los días que estuve allá. Lo
que sí quiero hacer es un pequeño resumen de dos cosas que me
preocupan extraordinariamente: no veo voluntad sincera de hacer
frente al Cambio Climático y creo que del Gobierno español no se
puede esperar absolutamente nada.
Un par de reflexiones
sobre cada punto:
Después de la COP21 de
París donde se marcaron el objetivos de cara a combatir de verdad el
Cambio Climático y no pasar de los 2 grados de aumento de las
temperaturas a final de siglo (o mejor, 1’5), la cumbre de
Marrakech ha sido una oportunidad perdida. El lema era “Actúa”.
Se suponía que iba a ser el punto donde empezaran a concretarse los
acuerdos de París en medidas y reglamentaciones que posibilitarán
su cumplimiento. Nada más lejos de la realidad. La llegada de un
negacionista al poder en los Estados Unidos, Donald Trump, añadió
incertidumbre a la situación y, al final, la reacción otros
mandatarios internacionales ratificando su voluntad y su compromiso
contra el Cambio Climático sólo sirvió para que una serie de
afirmaciones rotundas pero vacías se tomaron como algo valioso. El
caso es que, más allá de proclamas retóricas, apenas se llegó a
acuerdos sobre la financiación que los países ricos tienen que
hacer a los pobres para compensarlos para no crecer a expensas de los
combustibles fósiles. Son 100.000 millones anuales que todavía no
se ha definido cómo se pagarán. 100.000 millones son un 5% de lo
que cada año se gasta el mundo en armas.
En cuanto al Gobierno
español, el que hace un par de año todavía negaba la existencia
del Cambio Climático, no hay que tener ninguna esperanza. Su
estrategia es decir que estamos dentro de la Unión Europea y que
haremos lo que el resto de países europeos puedan hacer. El caso es
que ni un gesto en dirección a acabar con el carbón o apostar por
las energías renovables, a la inversa. Seguimos subvencionando el
carbón y penalizando las energías limpias. Aprovechando que el
presidente Rajoy visitó la COP22, anunciaron una ley del Cambio
Climático antes de final de legislatura. Al día siguiente dijeron
que no tenían nada a explicar sobre el proyecto puesto que todavía
estaba todo para escribir. Ni un solo detalle fueron capaces de
destacar.
En resumen, que hará
falta que sean otras administraciones las que se preocupan de hacer
las políticas responsables que toca o, como mínimo, de ir en esa
dirección. Por supuesto que desde la Generalitat si apostaremos por
las renovables, si por la reducción de residuos, por la movilidad
sostenible, por el urbanismo no depredador y por un modelo económico
en armonía con el medio ambiente.
En cuanto a la jornada
de ayer, la de mi vuleta a la normalidad, a primera hora arranqué
con una reunión con mi equipo de Secretaría Autonómica para
preparar la conferencia que tengo que hacer mañana al la Fundación
Bancaja sobre “Nuevas políticas en Medio Ambiente”.
Inmediatamente después,
nos vimos, junto con el director general de Medio Natural, Antoni
Marzo, con la Unió de Llauradors. Su presidente, Ramón Mampel, nos
explicó los graves problemas que por la agricultura está
representando la sobrepoblación de determinada fauna salvaje que
destroza campos y cosechas.
No es en una única
zona del país, es bastante generalizado. Conejos, ardillas y, sobre
todo, jabalíes están afectado mucho los campos de labranza. Nos han
reclamado acciones coordinadas para hacer frente a esta realidad. La
inexistencia de depredadores, la poca agua que hay en algunos lugares
de la montaña y la carencia de comida están atrayendo a los
animales a las zonas agrícolas y, desde la Unió, nos reclaman
intervenciones.
Quieren una mayor
coordinación y facilidad para poder hacer batidas que estabilizan un
poco las poblaciones de estos animales.
Hemos acordado que
haremos una revisión de la realidad por zonas, para saber qué tipo
de intervención es más adecuada en cada caso. Se trata de implicar
desde las direcciones territoriales a los ayuntamientos pasando por
los técnicosde los servicios centrales de la Consejería, las
asociaciones de cazadores y a los propios agricultores. Una vez
tengamos claro cada situación, se verá qué es lo más oportuno y
más útil.
A continuación, en su
despacho, me he reunido con el Secretario Autonómico de Presidencia,
Andreu Ferrer, y hemos revisado una serie de temas, básicamente
ligados a residuos, aunque también hemos tocado cuestiones de
urbanismo y de gestión de los Parques Naturales. No es habitual
tener este tipo de contactos con el segundo escalafón de Presidencia
pero creo que son muy útiles puesto que ayudan a profundizar en
temas sobre los cuales se pasa de puntillas y no se los presta
atención hasta que, por cualquier motivo, acaban convertido nos
problemas. Cómo siempre, es la carencia de tiempo y la necesidad de
ocuparse de lo más urgente lo que hace que estos encuentros tanto
útiles no sean todo lo frecuentes que haría falta.
Después de comer, me
he reunido con la consejera Elena Cebrián. Ha sido una reunión
corta pero dado que hacía una semana que no nos veíamos, ha servido
para que le explicara mis conclusiones de Marrakech y pasaramos
revista a una serie de cuestiones de los últimos días, desde la
decisión de la Fiscalía para que la Consejería se implicara más
en la gestión de los niveles de agua de la Albufera hasta la
organización, la próxima semana, de la jornada sobre nuestro
proyecto de sistema de depósito, devolución y regreso de envases.
Precisamente, de esta
cuestión fue la sesión de trabajo con el equipo de la Secretaría
en la cual me explicaron como iban los preparativos de la jornada. He
visto, por primera vez, el cartel anunciador que ya está por toda
Valencia. Me gusta mucho. Me parece potente, rotundo. Me recuerda el
símbolo del grupo “Obrint Pas” ”. Encaja con aquello que es el
sistema SDDR.
En la sede de Compromís de Chiva hablando de la futura Autorización Ambiental para la cementera CEMEX de Buñol.
La jornada de ayer la
acabé a Chiva, reunido con el colectivo de Compromís de la comarca.
Hacía semanas que teníamos prevista una reunión pero, por
diferentes motivos, no lo habíamos podido hacer. Estaban convencidos
que yo no quería la reunión. Nada más lejos de la realidad.
Compromís, en aquella comarca, siempre ha defendido que la planta de
la cimentera CEMEX no haga incineración de residuos. Ahora estamos
en la fase de revisar la autorización ambiental , es decir, las
toneladas que pueden quemar y, por lo tanto, quieren que se concrete
en hechos el discurso de reducción de toneladas quemadas.
Les hemos dicho que sí,
que vamos a reducir, que se acaba la incineración de residuos
tóxicos, que aumentarán las medidas de control y de información.
La clave está en los residuos peligrosos. Ahora tienen permiso para
quemar 75.000 toneladas/año, aunque no llegan, ni de lejos, a esta
cantidad. Nuestro compromiso es bajar tanto como podamos, llevarlos
al mínimo. No hemos querido concretar una cifra pero será la menor
posible.
Les preocupa (y es
sensato) que en el rifirrafe político se los pueda acusar de ser,
cuando gobernaba el PP, defensores de la no incineración y que ahora
con “los suyos” en el Govern no la critican. Les hemos dicho que
seremos coherentes con lo que siempre hemos defendido. Estamos contra
la incineración. No haremos las incineradoras que tenía previstas
el PP y, a medio plazo, cuando la gestión de los residuos esté
ordenada, queremos acabar también con las incineradoras en “B”
que representan las cementeras. Ahora el objetivo son los peligrosos
y a por ellos vamos.
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