De
nuevo agua para comenzar el día, de nuevo una reunión importante y,
otra vez, discursos que se alejan del discurso reiterado sobre agua
de los últimos años: ni una palabra de trasvases, ni una palabra de
enfrentamientos y batallas entre territorios, ni una palabra del agua
como bandera de lucha partidista. Ayer por la mañana, en el Palacio
de Congresos de Valencia, la consellera Elena Cebrián, inauguró el
XI Congreso Internacional de la Asociación Española de Desalación
y Reutilización, y la mayoría de las intervenciones iban por el
mismo camino: las energías renovables aplicadas a las nuevas fuentes
de agua no convencionales son la garantía de futuro.
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La consellera Elena Cebrián inaugurando el XI Congreso de la Asociación Española de Desalación y Reutilización |
El
sector empresarial lo tiene claro, así quedó de manifiesto
escuchando los discursos, que estamos en un campo de negocio evidente
porque la realidad se impone. El cambio climático en marcha
modificará las necesidades y, para hacer llegar el agua allá donde
se necesita, las energías renovables serán imprescindibles. El
mensaje coincide con el que llevamos más de un año defendiendo
desde la Conselleria: tenemos agua suficiente y hemos de ser capaces
de hacerla llegar allí donde se necesita. En este sentido, las
energías renovables son un camino de futuro y de oportunidad que hay
que recorrer sin dudas.
El
resto de la mañana lo dediqué al trabajo de despacho que he
comentado muchas veces (firmas y lecturas), y a una conversación con
el director de VAERSA, Vicent García, para ir preparando las
diferentes encomiendas que nuestra empresa instrumental debe recibir
en los próximos meses. VAERSA necesita el máximo de concreción
para organizarse y, desde la Conselleria, debemos evitar que las
cuestiones formales nos compliquen más de la cuenta los encargos. En
este sentido, el proceso de transformar la empresa para hacer más
sencilla esa relación está en marcha y no parará.
Antes
de comer, me reuní con la directora del Parque Natural de la
Albufera, Paloma Mateache, para revisar cómo ha ido el proceso de
quema de la paja del arroz. En estos momentos, se ha quemado
aproximadamente la mitad de la superficie. En los próximos días, si
llueve como indican las previsiones, no se podrá quemar y el peligro
es que acabe quedando gran cantidad de paja en la Albufera lo que
puede derivar en aguas negras. Si éso pasara, las quemas habrían
servido de bien poco y reforzaría nuestro convencimiento de que el
año que viene las cosas deben hacerse de otra manera. Ya estamos
trabajando en esas alternativas.
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En mi despacho, reunidos con la directora del Parque Natural de la Albufera, Paloma Mateache |
Por
la tarde, un buen número de llamadas telefónicas que tenía
pendientes y una larga reunión de la Asamblea de VerdsEquo de
Valencia preparando nuestra presencia en el próximo Congreso federal
a comienzos del mes de noviembre, y día acabado.
No
lo he dicho nunca, pero siempre me traigo algo de trabajo a casa: leer y
escribir alguna cosa. Ayer no fue una excepción.
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