


José Montilla.
Si el Barça no hubiera llegado a la final de la Copa del Rey que se juega en Valencia el encuentro de los dos presidentes no se hubiera producido; así de simple, así de triste. En el caso de que la reunión tuviera algún valor, si pudiera servir para algo, es evidente que se hubiera convocado, quiero pensar, sin necesidad de esperar a que los caprichos de un balón, el acierto de Messi en un regate o una determinada decisión arbitral les hubiera puesto día y hora para verse.
Por tanto la respuesta a la pregunta inicial es: nada. No podemos esperar nada de la reunión Montilla-Camps. Si cuando finaliza, alguno de los protagonistas, o sus voceros, presentan conclusiones con supuesto contenido no estaremos ante otra cosa que propaganda y protocolo.
Lo que tampoco entiendo es por qué, ante dos presidentes que se reúnen "de penalti", no hay nadie que diga que ya está bien de tomar el pelo al contribuyente.
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