
Javier Gallego se incorporó a TVE. Se puso en marcha “Esta mañana”. Empezó a presentarlo. Viento en popa. Pasados unos meses, aquellos superiores que habían felicitado a Gallego por su nuevo destino recibieron una llamada desde las alturas, hablaba la gerencia. Bronca descomunal por haber dejado marchar, así como así, a Gallego. Recordaban que existía un contrato que estipulaba que si el guionista se marchaba antes de acabar su compromiso estaba obligado a indemnizar a la empresa con el doble de la cantidad que le quedaba por percibir. Vaya. Se le tenía que notificar al interesado.
Así se hizo. Pusieron a Gallego en antecedentes, le explicaron cual era exactamente la situación y que no pensaban perdonarle nada. Problemas. La cantidad a pagar era grande. Gallego estaba desolado. Entonces apareció una luz, un alto cargo de TVE, familiar de un mandamás de PRISA, intercedió. No logró el perdón pero la cifra a abonar fue sustituida por 2 años de colaboraciones en programas de emisoras del grupo. Colaboraciones gratuitas, claro. En fin, con lo negro que estaba el panorama, algo era algo.
Pero entonces acabó la primera temporada de “Esta mañana”, Pepa Bueno abandonó el espacio, llegaron nuevas caras y nuevos directivos. Javier Gallego no resultó de su agrado y dejo su puesto de presentador. De inmediato se encontró en la calle. En la calle y trabajando gratis para pagar la deuda contraída con PRISA, así estaban las cosas.

Con el paso de las semanas le salieron algunas posibilidades de trabajo pero sus acreedores le dijeron que no, que ni pensarlo, que le reclamaban exclusividad, que bastante habían hecho aceptándole el pago en especies. Y así sigue. Trabajando gratis para una empresa que en 2007 ingresó 3.696 millones de euros. Por tanto cuando algún día, oyendo la SER, escuchen alguna intervención de Javier Gallego no piensen en lo bonita que es la radio, ni en lo interesante que es el periodismo, ni en lo bien que viven sus estrellas. Piensen, mejor, en esos subsaharianos que hipotecan un par de años de su vida por un viaje en patera; recuerden a esas chicas del este de Europa que pagan sus deudas alquilando sus cuerpos por las cunetas.
5 comentarios:
Tremenda historia que, como la anterior pone bien a las claras la presión con la que trabajamos los que tenemos la suerte de acercarnos a un medio. Gracias por contarla.
y porque esto no se cuenta en ningún sitio????. No lo entiendo, pq no lo saca alguien?,
y porque esto no se cuenta en ningún sitio????. No lo entiendo, pq no lo saca alguien?,
pues porque todos son iguales i nadie se atreve. lo que me gustaría saber es cómo sabe usted señor julià esa historia, se la ha contado el propio interesado. y también me gustarñía saber si lo sabe más gente en la cadena ser, o qué
Joder que mal está esto. Me gustaría saber más de esta historia. Supongo que no lo leeré en El País.
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